Analizamos la arquitectura de los museos más especiales

El Louvre/Foto: Michael Fousert en Unsplash
El Louvre/Foto: Michael Fousert en Unsplash
Josefina Grosso
  • Josefina Grosso
  • Mi primer regalo de Reyes fue un micrófono y a los 6 años ya hacía mis primeros pinitos en prensa 'editando' un periódico casero con mis primas llamado 'Informakids'. Esto, por aquel entonces, debió hacer saltar todas las alarmas en mi familia, dedicada en lleno al mundo de la medicina, que asumieron desde el primer minuto que abandonaría el barco sanitario sin pensarlo y sin anestesia. Allá por los 90, estaba ya claro que mi destino, iba encaminado al periodismo y la comunicación. Televisiva y 'plumilla' a partes iguales, me considero periodista multimedia y en COOL, disfruto de todos y cada uno de los reportajes que hago. Las entrevistas en profundidad, son mi pasión. Orgullosa de formar parte de este proyecto que hacemos día a día con exquisita dedicación y esfuerzo. Convencida, como Machado, de que 'se hace camino al andar' y de que lo sueños se trabajan todos los días.
    • Actualizado:

Los edificios de los grandes museos alrededor del mundo suelen tener en común su impactante arquitectura. Templos culturales de diseño único ideados por importantes estudios de arquitectura, que albergan colecciones artísticas, conmemorativas e históricas y cuyo estilo bebe en su mayoría de la llamada ‘estética futurista’ muy desarrollada a partir de los 70 y la desconstructivista, de los 80 y 90.  Lugares que se convierten de manera inevitable en auténticos emblemas de las ciudades donde se sitúan e incluso, en símbolos representativos de cada país.

Hablamos de palacetes vanguardistas construidos de hormigón, cristal, piedra caliza, metacrilato o metales que, en general, comparten características en su diseño y edificación. Del icónico Louvre de París y sus pirámides acristaladas al vasto complejo de creativas formas del museo brasileño Oscar Niemeyer, en COOL, con la ayuda del joven arquitecto de Flare Studio, Álvaro Ferrandiz, analizamos la historia y características arquitectónicas de estos fortines del arte que se levantan en importantes puntos alrededor del globo.

Espacios que trascienden

Foto: Clement Merouna en Unsplash
Foto: Clement Merouna en Unsplash

«Todo los seleccionados son museos que no solo atraen por sus colecciones sino también por el ‘cascarón’ que las envuelve», apunta el experto que creció como profesional en grandes estudios como el de Foster and Partners en Londres y pudo vivir de cerca cómo es el proceso de diseño y puesta en marcha de proyectos de gran calibre. «Son lugares dotados de una arquitectura tan polémica como en ocasiones, brillante y que no dejan indiferente». Arquitectura que trasciende y transforma profundamente el paisaje urbano en el que se alzan.

El museo Zentrum Paul Klee en Suiza

Foto: Ricardo Gomez Angel en Unsplash
Foto: Ricardo Gomez Angel en Unsplash

Este museo de formas sinuosas reúne la mayor colección existente de pinturas, acuarelas y dibujos del artista suizo Paul Klee. Situado en la ciudad de Berna, fue un proyecto arquitectónico íntimamente ligado a la naturaleza impulsado, por el arquitecto Renzo Piano. Klee fue un creativo dueño de una complejidad única y su museo conmemorativo hace honor a esa sofisticación y profundidad de su obra. Nuestro entrevistado explica que la la idea, según palabras de Renzo Piano, «era crear algo mas que un museo. Así como ocurre con Klee, fue mucho mas que un pintor. La experiencia, las sensaciones y el deleite debían ser el objetivo».

«El arquitecto creó tres colinas de acero, casi como si se tratara de una trabajo topográfico hecho por un campesino. Sobre las mismas, se construyó un gran terraplén de trigo y amapolas por delante, disimulando la escala del edificio. La cubierta, modelada en 3D de forma paramétrica, se realizó con más de 40km de juntas soldadas a mano».

Centro Pompidou, ‘savoir faire’ parisino

Foto: Adora Goodenough en Unsplash
Foto: Adora Goodenough en Unsplash

«Un icono del cambio de paradigma de lo que son los museos hoy en día»

De Renzo Piano (junto a Richard Rogers) es también el centro George Pompidou. Un museo parisino que es en sí mismo un monumento. Lleva años siendo uno de los edificios más visitados de Europa incluso, más que el que el Louvre y la torre Eiffel juntas.  Una construcción que, a pesar de ser más que concurrida, Álvaro Ferrándiz nos puntualiza que, «no siempre fue la más querido» ya que fue en un principio «odiado por muchos por su estética industrial colorista high tech y sus dimensiones».

Nuestro experto lo describe destacando su majestuosidad: «Su estructura a base de ménsulas y cerchas permiten total libertad de movimiento y transformación en las salas de exposición, como hangares de arte apilados verticalmente, contenedores flexibles. La estructura expuesta a fachada libera al máximo el espacio interior y la plaza de delante permite respirar al edifico a la vez que genera un espacio público en pendiente hacia la entrada». Savoir faire parisino en estado puro.

Foto: Unsplash
Foto: Unsplash

El Louvre, emblema parisino

El Museo del Louvre/Foto: Numendil en Unsplash
El Museo del Louvre/Foto: Numendil en Unsplash

Es un emblema de la ‘ciudad de la luz’ y las distintas transformaciones que ha ido sufriendo lo han hecho un lugar ecléctico y único a nivel arquitectónico. Un edificio cuya construcción inicial comenzó en nada más y nada más que en el 1202 y se hizo con el cometido de servir como fortaleza, una edificación de sorprendente carácter militar. Posteriormente sería un palacio y continuaría siendo reformado hasta la modificación final que data de los años 80.

Podemos empezar a hablar de este recinto como Museo del Louvre a partir de la Revolución Francesa. Con el pasar de los años, las reformas se fueron sucediendo para conseguir dar más cabida a albergar más obras de arte. La reforma del llamada Grand Louvre comenzaría en 1981 acabando en 1989 y dando como resultado el edificio tal y como lo conocemos hoy en día.

«Como sucedió con la Torre Eiffel anteriormente y el Centro Pompidou, la tan criticada transformación del clásico Patio Napoleón del museo acabó convirtiéndose en orgullo nacional en forma de pirámide high tech. La reforma mejoró notablemente la funcionalidad del edificio, facilitando el acceso y la distribución de los mas de 10 millones de visitantes anuales (precovid) a través de su gran pirámide y galerías subterráneas, además de la entrada de luz natural», explica el arquitecto.

Foto: Paolo Bendandi en Unsplash
Foto: Paolo Bendandi en Unsplash

Museo Guggenheim en Bilbao

«A este museo se le atribuye la cualidad de transformar el urbanismo y la economía entera de una ciudad con un magnifico gesto arquitectónico. El llamaso ‘efecto Bilbao’ consistió en convertir la ría, denostada a consecuencia de la industria y la contaminación, en una atracción turística y un espacio habitable».

Museo Guggenheim/Foto: Unsplash
Museo Guggenheim/Foto: Unsplash

La arquitectura del Guggenheim de la ciudad de Bilbao es todo un símbolo. Este museo de arte contemporáneo (que pertenece a la ‘franquicia’ de la Fundación Solomon R. Guggenheim) fue diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry. Al igual que la última e icónica reforma del Louvre, este edificio se comenzó a construir a principios de los años 90. Sus llamativas formas curvilíneas y retorcidas recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio lo hacen un espacio especial a nivel arquitectónico. 

El Oscar Niemeyer en Brasil

Cassiano Psoma
Cassiano Psoma

El conocido (y ya desaparecido) arquitecto brasileño Oscar Niemeyer es considerado una de las personalidades más influyentes de la arquitectura moderna a nivel internacional. Se le considera uno de los pioneros en la exploración de las posibilidades que otorga el hormigón armado en las grandes construcciones. Una figura relevante que da nombre a un complejo de dos edificios, situados en la ciudad de Curitiba, que alberga un museo icónico para le país carioca.

Un diseño proyectado por el propio Niemeyer en 1967 que en un principio no fue concebido para ser un museo sino, un centro educativo. Con los años, se fue acondicionando hasta llegar a la última inauguración que data de 2003. Apodado ‘el ojo de Curitiba’ por sus formas que se asemejan a las de un ojo humano, es un claro ejemplo de la arquitectura moderna.

Foto: Vitor Machado en Unsplash
Foto: Vitor Machado en Unsplash

Una construcción que, como nos puntualiza el profesional de Flare Studio, «habla por sí sola». «El ojo del museo es un paralelepípedo de 200 por 45 metros de hormigón pretensado y formado por una sola planta sobre pilares, además de la planta sótano. Su estructura está formada por cuatro vigas longitudinales de hormigón de 5,5 metros de altura, que dividen la planta superior en cuatro espacios. Cada viga se apoya en seis pilares, con luces de hasta 65 metros y voladizos de 20 metros. La composición del museo se basa en el mencionado ojo, un gran edificio escultural, y el rectángulo, un edificio que se pone al servicio de la función que desempeña».

Museo MALBA, una joya en la ciudad del tango

«El MALBA fue concebido como un museo del SXXI. Más como un condensador social que como un contenedor de obra.  Los grandes bloques se organizan alrededor de un gran espacio central que recorre toda la altura del edificio en el que aparecen las circulaciones y los movimientos del público en el edificio. Las dimensiones, cualidades y proporciones de este espacio, único en la ciudad, predispone naturalmente a los visitantes hacia una experiencia esencial con el arte».

Foto: Turismo de Buenos Aires
fr Foto: Turismo de Buenos Aires

Corría el año 1996 cuando el coleccionista de pintura moderna y latinoamericana contemporánea Eduardo F. Costantini tomó la decisión de construir un museo para conservar y exhibir su valiosa colección y, así fue. Se proyectó en Buenos Aires un edificio diseñado por tres arquitectos argentinos que, por aquel entonces, estaban empezando: Gastón Atelman, Alfredo Fourcade y Alfredo Tapia. Situado junto a importantes embajadas en el acaudalado barrio porteño de Palermo, es un edificio dotado de un estilo deconstructivista, que se puso de moda en la década de los 90 contando con un interesante juego volúmenes yuxtapuestos formando figuras poliédricas revestidas exteriormente con piedra caliza combinada con cristal. Una joya levantada en la ciudad del tango.

Foto: Museo MALBA
Foto: Museo MALBA

El Museo Kunsthaus Graz, excelencia austriaca

Museo Kunsthaus Graz, Austria
Museo Kunsthaus Graz, Austria

La espectacular fachada del Museo Kunsthaus Graz situado en la localidad austriaca de Graz impacta y es un ejemplo claro del estilo más contemporáneo. Se construyó en 2003, año en la que la ciudad de Graz fue nombrada Capital Europea de la Cultura. Una superficie de metacrilato de unos 900 metros cuadrados bajo la que se alojan la friolera de 930 anillos de fluorescentes.

Un edificio que, como asegura Ferrándiz, se le asocia con otros como el Guggenheim, «por su impacto a nivel económico y social en la región». «Peter Cook, proveniente de la formación futurista y utópica archigram, creó el “friendly alien” como un gran vientre para exposiciones. Este diseño biomorfico tiene una fachada curva de vidrio acrílico escultural llamada “BIX facade” con anillos fluorescentes programables, creada como una obra de arte en sí».

Foto: Museo Kunsthaus Graz
Foto: Museo Kunsthaus Graz

Fundación Louis Vuitton

Foto: Fundación Louis Vuitton
Foto: Fundación Louis Vuitton

La antiguamente llamada Fondation d’entreprise Louis Vuitton pour la création,  es un museo construido por el reputado grupo LVMH que tiene como objetivo promover el arte y la cultura y apoyar las acciones de mecenazgo emprendidas desde 1990 por el gran grupo de moda. «Es un edificio que, a través de su fuerza y ​​singularidad, representa el primer escalón artístico de la Fundación Louis Vuitton. 12 velas de vidrio de corte y patronaje al mas puro estilo Gehry protegen los cubos-galerias, mas racionales en su concepción, del interior», analiza Ferrandiz.

«Es un museo que parece guiado por la memoria de Proust, inspirado en la ligereza del vidrio del siglo XIX.  El diseño nos lleva a entender el edificio casi como un gran yate sobre un jardín de agua. La tecnología de escáner de maquetas físicas que utiliza el arquitecto americano hace que su toque personal esté en cada cáscara de cristal»,