Decía el arquitecto estadounidense Philip Johnson: «La arquitectura es el arte de gastar espacio». Y no podemos estar más de acuerdo con Johnson, es una definición sencilla y algo sarcástica de lo que es la arquitectura. Si buscamos la definición en la Real Academia Española encontramos: «Arte de proyectar y construir edificios». Una definición sencilla de entender pero complicada de aplicar. Porque para alguien que no es arquitecto, a veces es complejo ver más allá de la fachada de un espacio. Para que no te ocurra esto hemos hecho una selección de cinco libros para aprender de arquitectura… Sin ser arquitecto.
Saber ver la arquitectura, de Bruno Zevi
Es un libro que muchos alumnos de arquitectura tienen que estudiar en primero de carrera. Un escrito al que también podemos echarle un vistazo nosotros para entender algunas nociones básicas. Como si fuéramos un estudiante novel. El libro responde a preguntas del tipo: «¿Qué diferencia hay entre nuestra casa y un arco del triunfo?», «¿Ha reflexionado sobre el valor específico de la arquitectura respecto a las demás artes figurativas?», «¿Enjuiciamos los monumentos antiguos a partir de criterios distintos a los que empleamos para valorar una obra de Terragni, Le Corbusier o Wright?». Preguntas que por supuesto cita y responde el arquitecto italiano, que estudió en la Graduate School de la Universidad de Harvard. Un primer libro ideal para acercarnos a la educación arquitectónica. Vayamos a estudiar la carrera… o no.
El lenguaje clásico de la arquitectura, de John Summerson
«¿Cuándo un edificio es clásico y cuándo no?», el arquitecto John Summerson nos responde a esta llana pero a la vez, complicada pregunta. Lo hace a través de este libro, que recopila una serie de programas radiofónicos en los que el arquitecto explicaba al oyente qué es aquello de la arquitectura clásica.
Unos programas que se emitieron en 1963 a través de la BBC. Nosotros en vez de oyentes nos convertimos en lectores, todo para aprender las principales diferencias y características de la arquitectura clásica, base de la arquitectura actual. Un repaso de las construcciones, a nivel visual y escrito, desde la Antigüedad hasta la actualidad. Un libro recomendado por un arquitecto con el que siempre se aprende.
La experiencia de la arquitectura, de Steen Eiler Rasmussen
El arquitecto danés Steen Eiler Rasmussen escribió un conocido libro sobre Londres en el que reflexionaba acerca de la ciudad: de lo cómodas que eran las aceras para caminar, de los parques de los barrios londinenses… Hablaba de la urbe desde un punto de vista más práctico. Es lo que también sucede con su libro La experiencia de la arquitectura, porque los arquitectos daneses siempre hablan y diseñan desde la calidad de vida. Por algo son los perfectos embajadores de esa sensación hogareña llamada hygge. Aunque en los años 40 y 50, cuando Rasmussen trabajaba de arquitecto, esta tendencia probablemente no tuviera ni nombre.
El autor reflexiona acerca de elementos cotidianos de nuestro día a día, lo que nos ayuda a entender y recocijarnos de los edificios que tenemos a nuestro alrededor. ¿Una taza de té puede ayudarnos a disfrutar más de nuestra casa? Definitivamente, sí. Esto es lo que explica, de alguna manera, Rasmussen en su libro.
La casa. Historia de una idea, de Witold Rybczynski
Ahora que estamos tanto tiempo en casa, ¿por qué no saber más de ella? La reflexión acerca de nuestra hogar ya la hizo el arquitecto y catedrático de arquitectura Witold Rybczynski. Un libro que responde a muchas cuestiones que nos haríamos si reflexionáramos acerca del uso de nuestras alfombras en casa, de los sofás, de la cocina… Rybczynski explica la relación entre los tapices medievales y la moqueta típica de las casas británicas, por poner un ejemplo. Un libro que habla de la idea del confort, que explica las características técnicas de ciertos lujos que tenemos en casa y que reflexiona, durante cinco siglos, cómo ha evolucionado el término ‘casa’.
Historia del arte como historia de la ciudad, Giulio Carlo Argan
Hay que empezar diciendo que los italianos siempre han representado la ciudad con una sensibilidad especial. Solo hay que pensar en los edificios de la Antigua Roma. Por suerte la historia del arte ha estado enlazada con la arquitectura desde siempre. Argan, que fue funcionario de la Dirección General de Bellas Artes y Profesor de Arte Moderno, también fue alcalde de Roma entre 1976 y 1979. Y con su estela llegó el pensamiento arganiano que enlaza arte y arquitectura. Llegó al poder cuando muchos cascos históricos se desfiguraron, y él luchó por el de la Ciudad Eterna. Definía la historia del arte como «la historia de la fenomenología completa de objetos producidos según tecnologías artesanales y que constituyen una dimensión espacio-temporal que es la misma ciudad». Giulio Carlo Argan recibió la Medalla de la Orden Italiana del mérito en la cultura y las artes. Mérito suficiente para comprarse el libro.
