L’Interdit Eau de Parfum es una de las fragancias más icónicas de Givenchy por la historia que tiene detrás. Tras su creación original en 1957, este homenaje a la audacia de las mujeres aún sigue vigente en las colecciones y no solo eso, si no que con el paso del tiempo no deja de reinventarse. Un perfume para aquellas que no se prohíben nada, ni que se dejar prohibir por alguien fácilmente. Este 2021, la firma ha potenciado especialmente uno de los ingredientes clave en el perfume: la flor blanca de azahar. Un toque hipnótico blanco que irradia el bouquet de la fragancia con Édition Millésime.
Este perfume se presenta ante la clienta como un agua estremecedora que deja flotar en su estela una invitación insolente a la transgresión. L’Interdit: “La primera flor underground” así expone la firma francesa su sello olfativo. Un corazón floral con notas de un acorde amaderado oscuro resultan ser el concepto que impulsa a la firma para representar a través del sentido del olfato la feminidad.
Édition Millésime 2020
Anne Flipo, Fanny Bal y Dominique Ropion son los autores de una de las obras que más huella dejarán en el universo Givenchy. Esta vez, la llevaron a un territorio inexplorado que coincide con un hallazgo en Egipto de una flor de azahar. Un lugar donde abundan los naranjos cerca del mar; de ahí que entre marzo y abril como bienvenida a la primavera se produzca la eclosión de flores y dulces aromas.
La flor de azahar: el corazón de L’Interdit Millésime
Esta aromática y suave flor figura como el sello de un instante y una calidad extraordinarios, además de la permanencia. Cada frasco equivale a cien flores recién recolectadas; cuyos pétalos se recogen con grandes sábanas blancas tendidas bajo los árboles y creando un entorno dotado de una belleza especial. Junto a su tratamiento, con el que buscan no perder ni un ápice de la riqueza olfativa del perfume, L’Interdit Millésime expresa todos los matices de esta flor excepcional.
El azahar estalla en la primavera, viva y solar, ensalzada por la jugosidad de la naranja y el frescor del jengibre. En ese entonces, la flor despliega sus facetas texturizadas, melifluas y ricas; y junto al nardo adictivo genera un corazón suave que contrasta con la delicadeza del neroli. Todos ellos, potenciadores de la sensualidad; además de incluir acentos de leche de almendra y al corazón del pachuli. Generando, en conclusión una promesa olfativa situada entre el resplandor y el misterio.
Los detalles importan: la RSC Givenchy
La empresa, concienciada por el grave impacto medioambiental de la industria, decidió para esta Édition Millésime realizar la selección floral de manera responsable. Eligieron un proveedor de Egipto conocido por fomentar la sostenibilidad para garantizar condiciones de trabajo favorables para los trabajadores que participan en la cadena de producción.
Además, Givenchy revela que ha tratado de conseguir un nuevo estuche rediseñado para ahorrar un 10% de material y cartón que cuenta con la certificación FSC® (Forest Stewardship Council®).