Muy natural, despreocupada en el buen sentido de la palabra, y con ese tono de familiaridad y de cercanía que la caracterizan, Laura Ponte ha participado este martes 1 de junio en el proyecto ‘Nuevos hábitos, nuevas iniciativas’ de la mano de CITROËN España. Como embajadora del Citroën SUV C5 Aircross Hybrid, Laura ha compartido en una rueda de prensa en torno a qué giran sus proyectos profesionales en la actualidad. Además, nos ha contado cómo es esta modelo internacional gallega que ha llegado hasta lo más alto y que actualmente concentra toda su energía en su atelier nupcial.
Como ella explica, la pandemia ha conseguido transformarnos como personas y hacernos evolucionar a la par de «los nuevos tiempos», y el sector de la moda también lo ha hecho. Es un hecho que la bondad de la ciudadanía ha sido uno de los reflejos de la sociedad de la que formamos parte, que somos un buen «equipo» como sociedad; pero deberíamos tener muy presente todo lo ocurrido. «Somos una sociedad que se olvida rápido de los malos momentos», apunta la modelo.
A pesar de haberse involucrado de lleno en distintos proyectos, Laura, un perfil de persona que vive intensamente el día a día, actualmente mantiene un proyecto de creación y diseño de trajes de novia muy personalizado desde casa. Pero también ha trabajado formando parte del sector de la joyería; además del modelaje, y del diseño de moda en serie y de alta costura. «Desde muy pequeña me gustó dibujar vestidos, joyas, caras, y casas…He hecho prácticamente todo aquello que coincide con mi pequeña raíz artística», responde la modelo al preguntarle por su profesión soñada cuando era niña.
Con una sonrisa, afirma que es una persona muy inquieta sin un camino o propósito claros, pero que es la moda lo que llena de ilusión sus días. Una moda que sea el espejo o una nueva voz cultural, a través de la que mostrarse, que hable de las inquietudes y emociones de la gente. Una moda sin edad, gracias a la cual todos podemos hablar, y aportar. Su forma de hacer moda y de formar parte de este mundo actualmente toma un camino que se identifica con la sostenibilidad, en el que «los caprichos» pasan a un segundo plano. Por su parte, explica que un estilo verdadero y real es aquel en el que somos más fieles a nosotros mismos. Teniendo en cuenta la amplia diversidad actual.
Atelier Laura Ponte
Como diseñadora, Laura Ponte manifiesta su estilo como versátil, desde el que poder hacer feliz a cualquier novia. Buscando en todo momento embellecerla, encontrar su estructura más favorecedora a medida, para sacarle una sonrisa; «Me dicen que tengo mucha paciencia. El proceso es familiar, en mi casa. No tengo escondites. Puedo ofrecer lo mismo que a cualquier amigo mientras estemos juntas: un vino, un sandwich…».
Se decantó por la moda nupcial por todo lo especial y por la cantidad de detalles de los que aprende cada día. Además de disfrutar estudiando los protocolos y cómo adaptar cada petición y estilo al resultado final, creando identidades únicas y propias.
«Si me tuviera que volver a casar, definitivamente llevaría un traje de pantalón. Me han obligado a llevar trajes espectaculares, pero estoy segura de que nací para que me vistiera un sastre», expresa Laura Ponte.
Así, la diseñadora no busca vestir a un tipo de mujer definida, sino todo lo contrario. Está dispuesta a disfrutar y a hacer feliz a las mujeres más naturales, a las que disfrutan constantemente, sin miedo a ser. Pero enfatiza en su constante curiosidad y búsqueda de nuevos retos: «Me gusta traspasar el caparazón de las personas«.
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Todo el mundo tiene su luz
Por otro lado, argumenta cómo la belleza es un concepto tan amplio y difícil de explicar; que cada persona es el protagonista de sus ángulos y peculiaridades. «Todo el mundo tiene su luz. Puede haber, por ejemplo, una belleza especial en la manera de levantar tu mirada, sin tener unos ojos llamativos…», sugiere con una sonrisa. Por su parte, puntualiza en todo momento que ella es una persona «muy de andar por casa» y que, desde su adolescencia ha tenido que lidiar con una timidez de la que ha aprendido con el paso de los años a forjar su identidad.
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Laura es de esas personas con las que te tomarías un vino sin parar de reír. No muy ambiciosa, algo caótica, pero que irradia paz, tranquilidad ¡y sin miedos! A la que hacen feliz las sonrisas de los suyos y consciente en todo momento de que ella es una mujer libre. «No tengo miedo de ser yo misma: he vivido muchas vidas». Así trata transmitir a sus hijos, con los que pasará el próximo verano a caballo entre Asturias, Galicia y Mallorca, un legado de educación en valores basado en la libertad.
