La zona portuguesa del río Duero es una de las grandes desconocidas. Desde que el río cruza la montaña, miles de terrazas de viñedos convierten el paisaje de esta zona de Portugal en una de las más especiales. Precisamente estas vistas, que no pueden ser más espectaculares, son el paisaje en el que se encuentra Quinta Nova, hotel de más de 200 años de historia que ya es miembro de Relaix & Chateaux.
Muy cerca de nosotros tenemos este alojamiento epatante, paraíso para los amantes del vino. Quinta Nova de Nossa Senhora do Carmo se convierte en una de las 8 incorporaciones en Relaix & Chateaux y en uno de esos lugares que tenemos que conocer este año, si aún no lo hemos hecho. Perteneciente a la familia Amorim, es la cuarta generación la que está al mando. El buen servicio, por tanto, está asegurado.
Quinta Nova lo denominan como una casa solariega, una finca del siglo XVIII con unas magníficas vistas a los viñedos de alrededor. Fue la primera finca que abrió en el país con una temática vinícola por lo que las uvas no solo forman parte del paisaje, también forman parte de su esencia. Abrió sus puertas en el año 2005 y desde entonces, no ha hecho más que ser un lugar de referencia para quien busca el relax brindando con un buen vino.
«Es un proyecto cuidadosamente concebido que se lleva desarrollado durante más de 15 años. La región del Duero es un destino muy atractivo a nivel mundial y, en paralelo, nuestro equipo ha alcanzado un alto nivel de experiencia asociada al enoturismo y la gastronomía. Somos el primer y único establecimiento en la región del Duero dedicado al movimiento slow food», explica Luis Amorim. Por algo Quinta Nova es muy especial. Es uno de esos lugares en los que el tiempo se detiene y lo mejor, te sientes como en casa.
La casa tiene más de 250 años y se sitúa en una zona que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por lo que dormir aquí es un verdadero sueño. Disfrutar de sus viñedos, 41 en total, supone una experiencia privilegiada para descubrir la historia de los vinos de la propiedad.
Los viñedos, por cierto, datan de 1764. Caminar por la finca de Quinta Nova es dar un paseo por la historia. En su Museo del Vino podemos conocer aun más de ella, y de sus vinos de Oporto de la zona.
El hotel tiene apenas once habitaciones, por lo que la privacidad está asegurada, y todas ellas están cuidadosamente decoradas. La esencia de la finca se palpa en cada rincón, que se mezcla con todos los elementos de la casa. Junto a las once habitaciones encontramos el restaurante, que este año ha sido renovado y estrena nombre. Terraçu’s es el nuevo proyecto gastronómico, que surge de la mano del chef André Carvalho. En su carta encontraremos platos realizados con productos locales de la finca. Unos platos que por supuesto, maridan a la perfección con los vinos de la zona. No hay que olvidarse de que la carta líquida es lo más importante.
Quinta Nova se convierte por méritos propios en un hotel perteneciente a Relaix & Chateaux, la prestigiosa asociación hotelera de 1954. Quinta Nova se une a sus más de 580 miembros a lo largo del mundo, siendo el único en esta zona de Portugal. ¿Tenemos plan próximamente? Merece la pena reservar habitación pronto.
