Rafael Chelala: pasión por el automóvil

Rafael Chelala, experto en coches/Foto: Rafael Chelala
Rafael Chelala, abogado y experto en coches/Foto: Rafael Chelala
  • Rafael Chelala
    • Actualizado:

¡Bienvenidos queridos lectores!

Los automóviles son, sin lugar a dudas, mi auténtica pasión. Un idilio que mantengo -desde pequeño- con este mundo del que tendré la suerte de poder hablar en esta sección de COOL. Si sois amantes de los coches, ¡no os la podéis perder!

Para mí, los automóviles son mucho más que una forma de desplazarse de un sitio a otro. Para muchos, sobre todo en determinadas situaciones, el tránsito no es más que una etapa obligada para llegar a un destino. Por ello, la mayoría de las compras que se realizan son racionales, porque la compra pasional tiene muchos más elementos.

Los coches y las motos son máquinas con un enorme componente cultural. Se ven influidos por las modas, por las tendencias…por los auges y decadencias sociales, culturales y económicos. Son, objeto de deseo y muchas veces también de reprobación o de indiferencia. Son también, ingenios maravillosos que en un solo objeto transmiten la técnica y el sentir de una etapa de la historia de la humanidad.

Rafael Chelala de pequeño/Rafael Chelala
Rafael Chelala de pequeño/Foto: Rafael Chelala

Otras veces, los automóviles incorporan innovaciones o elementos que los hacen únicos, los acaban transformando obras en verdaderas obras de arte o, los condenan a la desaparición. Los países, durante décadas, han sellado en sus coches las señas de identidad de sus culturas y a su vez, los fabricantes -a través de las marcas- se han diferenciado del resto generando filosofías y rasgos característicos.

En ocasiones, las luchas entre fabricantes han sido feroces llegando incluso, con la puesta en el mercado de un determinado automóvil o motocicleta a ofender el orgullo o sentimiento de naciones. Son objeto de disfrute, pasión y deseo. Se identifican con personas y personajes, reales y ficticios, e incluso con un determinado dress code o accesorios.

Los vehículos también siempre han marcado enormes diferencias entre las distintas clases sociales e incluso, han servido para aislar a sus ocupantes de otras realidades sociales incómodas. Otras veces han actuado como elemento ‘democratizador’. Y para algunos, como es mi caso, es un lugar de disfrute y de toma de conciencia del momento presente que supone lo que puede transformar un viaje en un elemento espiritual repleto de sensaciones.

No pretendo ser el mayor experto en automóviles ni tampoco, de un
determinado fabricante pero, me permito soñar con ellos casi a diario desde mi temprana infancia y, por supuesto, tengo mis preferencias. Mi profesión es otra. Soy abogado y he ido adquiriendo responsabilidades importantes a lo largo de los años, pero mi pasión compartida la mantengo intacta. Mi familia ha estado siempre especialmente marcada por los automóviles. Tanto para bien y como para mal.

Mi abuelo, fue capaz de montar un gran negocio en torno a esta industria ayudando además, mucho al desarrollo económico de España. Pero, también perdí a uno de mis seres más queridos en un accidente. Circunstancias que, muchas veces, ha condicionado mi vida y, soy muy consciente de ello.

Esta pasión heredada se ha dividido entre maravillosos coches americanos y alemanes que afortunadamente he disfrutado desde niño y he ido conociendo e identificando desde una posición ciertamente privilegiada lo que los hacía tan especiales. También, he identificado algún que otro escarceo ‘pasional- familiar’ movido, por la elegancia inglesa o, por la pasión italiana incomprensibles sin dudas, desde la racionalidad pero, ya se sabe que cuando se habla del corazón… poco hay que hacer.

La verdad, es que nunca me ha generado la más mínima envidia que alguien tuviese un determinado automóvil o motocicleta. Al revés, he disfrutado admirando siempre la belleza de lo ajeno. De niño, mi juguete favorito eran, aquellos cochecillos de juguete de la marca matchbox.

Además de aquellos youngtimers que de adulto he tenido la enorme suerte de disfrutar y en ocasiones, padecer historias que iré contando poco a poco. También, con una cierta habilidad innata para dibujar, he innovado diseños y soluciones . Algunas de ellas, he visto con satisfacción cómo se han ido hacieno realidad. Cuando tuve mi primer coche la emoción y sensación de libertad fueron indescriptibles y, con cada adquisición posterior he procurado que sea así. Buscando lo que me gusta y no siempre lo que realmente necesitaba.

Hasta hoy, sigo leyendo e indangado en el detalle y la filosofía de cada modelo que veo, me entusiasma y me relaja. Sigo aprendiendo y también viendo como en muchas ocasiones los errores de fabricantes se repiten. Me admiran las soluciones innovadoras de automóviles clásicos y también examino al detalle las nuevas creaciones ¿Qué más puedo pedir?

Formo además, parte de un nutrido foro de amigos apasionados a los automóviles clásicos, donde como yo haré en esta generosa invitación, se habla de lo que nos gusta sin mayor condicionamiento que la afición, y sin interés comercial alguno. Tengo también, muchos otros grandes amigos amantes de los coches y de las motos con los que nunca son pérdida de tiempo almuerzos o cenas con conversaciones algunas de ellas, muy gratas e inolvidables.

Si hay algo que prometo al lector eso es, este compromiso de honestidad. Puedo equivocarme pero, daré mi opinión como lo hace un crítico apasionado que habla de lo que le gusta intentando, transmitir historias y perspectivas apasionadas a los lectores sin ningún interés que no sea el de disfrutar compartiendo y seguir aprendiendo.